Gerardo “la vieja” Reinoso es un ex jugador nacido en La Rioja, descubrió su pasión por el fútbol desde chico, jugando a la pelota en su barrio, en los Potreros. Mientras iba creciendo descubría su amor por el fútbol y aspiraba al sueño de poder ser parte de los equipos más grandes del país.
«Fue un sueño cumplido», describe Reinoso su paso por el fútbol
- Por Alejandro Galleguillo
Gerardo “la vieja” Reinoso es un ex jugador nacido en La Rioja Capital. Reinoso descubrió su pasión por el fútbol desde chico, jugando a la pelota en su barrio, en los Potreros. En sus anécdotas relata cómo se escapaba de su casa en la siesta para ir a jugar a la pelota con los chicos de su barrio.
Mientras iba creciendo descubría su amor por el fútbol y aspiraba al sueño de todo jugador de inferiores que es poder ser parte de los equipos más grandes del país, como Boca Juniors, River Plate, Racing e Independiente. Su pasión lo llevó a tomar la decisión de anotarse y comenzar a jugar en la DARD (Dirección de Actividades Recreativas y Deportivas), una escuelita de la Municipalidad de La Rioja.
La institución, en aquel momento, se destacaba por ser la única que llevaba a competir a los alumnos en diferentes provincias. Gerardo, a sus 14 años, tuvo la suerte de poder ganar una beca de dicho establecimiento, gracias a uno de sus profes; es así como tuvo la oportunidad de competir en Villa Constitución (Rosario), donde una persona cuyo nombre era Nelson Acosta, al verlo cómo se destacaba entre sus compañeros, lo convence de llevarlo a probar en el Club Atlético Independiente.
Allá en Buenos Aires, Gerardo, junto a otros 200 chicos, fueron puestos a prueba en un partido, en el que anotó un gol y luego se vio totalmente sorprendido de que lo sacaran a los 15 minutos. Esa acción de sacarlo de la cancha lo llevó a pensar que no había rendido lo suficiente y que estaba en un bajo nivel.
Al terminar la práctica, el entrenador a cargo Nicolás Vega, reunió a todos los chicos y los felicitó por el entrenamiento. En ese mismo momento, nombran a Gerardo para que se dirija a las sede de la institución en horas de la tarde a firmar el contrato, el que lo llevaría a formar parte del plantel de aquel famoso equipo imparable como lo es el Club Atlético Independiente, equipo en el que tuvo su primer debut a los 17 años.
- En este club Gerardo cumplió uno de sus sueños, que era el poder jugar entre los más grandes de ese momento como Ricardo Bochini, Jorge Burruchaga, Claudio Marangoni, entre otros. Asimismo tuvo la suerte de salir campeón junto a estos magníficos jugadores. Ganó importantes títulos como la Copa Libertadores, el Campeonato Metropolitano y la Copa Intercontinental.
Reinoso habla de la emoción que significó jugar al lado de figuras como Bochini: “Yo siempre lo había visto jugar a Bochini por la tele cuando era chiquito, luego tener la oportunidad de jugar a su lado, salir campeón en Córdoba contra Talleres con 8 hombres y después poder compartir cancha y camiseta con el “bocha”… fue un sueño cumplido”.
Posteriormente de su paso por Independiente, Gerardo pasó a jugar en el River de Cesar Luis Menotti, un grupo plagado de estrellas como lo fueron en aquella plantilla Oscar Ruggeri, Claudio Caniggia, Sergio Goycochea, entre otros. Allí jugó un año y, por una u otra circunstancia, no pudo salir campeón con aquel equipo.
Como me gustaba tanto el fútbol soporté muchas cosas. El fútbol es difícil. no es tan fácil, hay que dejar cosas de lado, más a una edad temprana. No se puede tener nada paralelo que tenga el rol de una distracción.
Al salir de River fue transferido al fútbol chileno, en donde tuvo un gran desempeño: logró su máximo rendimiento con el equipo de Universidad Católica y dos años seguidos fue elegido como el mejor jugador de Chile y mejor extranjero.
Gerardo nos cuenta que su llegada al país vecino fue algo que no se esperaba, ya que en aquel momento, como jugador del millonario, había firmado un pre-contrato con la gente del Valencia de España, quienes lo venían siguiendo hace 2 meses. “La vieja” siguió entrenando, hasta que un día Cesar Menotti, su director técnico, le comenta que lo querían jugando en Chile, en un gran club, y que la gente del Valencia de España lo iba a pasar a buscar en 6 meses. Así fue como Gerardo llegó a Chile, más precisamente a formar parte del plantel de Universidad Católica. Tiempo después se caería dicho contrato con el Valencia por problemas de la dirigencia de River con el tema de su transferencia.
Su llegada a la U fue muy buena, tenía el apoyo de toda su familia. Pasó a formar parte del plantel conformado por destacados jugadores cuya adaptación no le generó dificultad, ya que al ver el nivel del club y de las figuras que, en su mayoría, eran veteranos, pudo adaptarse rápidamente.
En ese equipo Gerardo tuvo un espectacular cierre de año en su debut como jugador, lo que significó recibir muchas propuestas de diferentes clubes, pero como el presidente vio que “la vieja” era una pieza clave para el grupo, no lo quiso ceder y remarcó que era pronto para que fuera transferido, ya que ese mismo año había llegado.
Reinoso tuvo la oportunidad de participar en la Copa Mundial de Clubes, en un amistoso que se dio gracias al acuerdo que tenía la U Católica con River Plate. Ambos equipos se enfrentaron aquella noche de mucho frío en San Pablo, en un partido que se definió por penales. Un enfrentamiento picante donde se observaban muchas faltas de parte de ambos equipos, pero eso a los espectadores no les importo y estaban muy conformes luego de ver un espectacular show de buen fútbol, más con las grandes estrellas de aquel entonces.
Con el correr de los años, Gerardo ya en pareja y viviendo en chile, presenciaría el nacimiento de su segunda hija Agostina, dándole la nacionalidad chilena.
En el año 1991, un viejo amigo de Gerardo se incorporaría a la U Católica, ese jugador era José Percudani, con quien también había compartido cancha en Independiente.
A comienzos de ese año, la U Católica no tuvo un buen rendimiento, ya que perdieron el torneo nacional contra Colo Colo. Luego participaron por la Copa Chile, donde Gerardo sostuvo una importante participación en semifinales, que gracias a su destreza y habilidades con la pelota, salvó al equipo de quedar eliminados en semifinales, convirtiendo dos tantos claves en aquellos partidos (ida y vuelta) contra Palestino. Fue así como llegaron a la gran final y se consagraron campeones del torneo. A raíz de esta gloriosa participación, Reinoso se ganó el respeto de los hinchas de Chile, siendo el máximo artillero y el mejor jugador extranjero.
En ese mismo año “la vieja” fue prestado por un partido al famoso equipo de Boca Juniors en Argentina, para colaborar en una final en la que marcó un gol para su equipo, pero lamentablemente los esfuerzos no alcanzaron para impedir la victoria del equipo rosarino, el Club Atlético Newells Old Boys liderado por el famoso DT Marcelo Bielsa.
Ese día, en mi debut, yo hice el gol del triunfo. Fue una experiencia maravillosa.
Más tarde, Reinoso volvió a jugar con sus compañeros en la U Católica, donde se entrenó para la liguilla Pre Libertadores. “Esos días antes, esa semana, ya se practicaba con una motivación extra. Higgins era un rival que venía muy bien, teníamos un grupo de gente conformados por grandes y chicos donde estos últimos tenían voz y voto al igual que nosotros. Teníamos que guiarlos porque estábamos para eso y así trabajábamos”, expresa Reinoso contando cómo fue esa semana previa a jugar en el torneo que les daría una chance para pasar a jugar la famosísima Copa Libertadores de América.
La final se jugó en el Estadio Nacional, un estadio repleto de gente, en el que se sentía un clima de mucha tensión debido a que existieron muchas faltas y además, hubo cruces entre los jugadores. El equipo de Higgins estaba jugando mejor que el de Gerardo, pero esto no duró mucho con la llegada del “Coquí” Contreras, quien animó al equipo con un magnífico gol que ayudó a que se relajaran. Esto les brindó tranquilidad para poder jugar mejor y, en consecuencia, llegó el inmenso remate de “la vieja”, aplastando a su rival, quedándose así con el ansiado pase a Copa Libertadores.
Jugando ya la Copa, el equipo no lograría traer el título a casa, ya que cayeron contra San Pablo, el equipo brasileño en ambas finales (partido de ida y vuelta), con un resultado de 7 a 1 en el global.
En 1993 Gerardo dejó el club con 4 títulos obtenidos (tres Pre liguillas y una Copa Chile), además de haber estado jugando a préstamo en los equipos de Boca Juniors, Independiente y México. “La vieja” pasó por varios clubes en su extensa carrera como jugador pero, con el pasar de los años, decidió colgar los botines.
En sus últimos partidos, ya con la idea de retirarse como jugador profesional, Gerardo fue invitado a jugar en Patronato de Paraná en el Argentino A, un equipo que venía jugando bien y a punto de clasificar pero que, en cuanto a internas del club, nada funcionaba bien y de un día para el otro el entrenador de ese entonces, Pablo Comelle (ex jugador de River y de Boca), fue destituido del club.
Con la salida de Comelle y al no encontrar reemplazo, el presidente de Patronato llamó a “la vieja” para contarle que había despedido al entrenador y que, luego de una charla que tuvo con sus compañeros, estos le pidieron que sea Gerardo quien tome el puesto como director técnico. Reinoso, al sorprenderse con la noticia, en tono bromista le contestó: “¿Cómo?… si yo soy el Diez, yo soy jugador, me están queriendo retirar a la fuerza”, a lo que el presidente contestó que en la charla todos estaban de acuerdo en que sea él el nuevo director de aquel equipo. Para ellos significaba un gran referente y, desde ese día, comenzó su carrera como DT. A medida que pasaron los años aquella labor comenzó a gustarle cada vez más.
Gerardo, en su rol como director técnico, dirigió varios equipos y consiguió su primer y único título contra el equipo de Luis Ángel Frirpo de El Salvador. En cuanto a su dirigencia, hizo una buena campaña, haciendo llegar al equipo a buenos puestos de clasificación.
Para él, dirigir estos equipos fue una linda experiencia.
Luego de toda esa travesía de dirigir clubes, “la vieja” Reinoso volvió a la provincia que lo vio nacer (La Rioja), para darse un descanso y disfrutar más tiempo con la familia, aunque su amor por el fútbol lo hizo ponerse de nuevo la ropa de DT. Pasó a ser director técnico y entrenó a los dos grandes clubes de La Rioja que son Andino Sport Club y Américo Tesorieri, siendo este último el club que más tiempo lo tuvo como entrenador.
En la actualidad, con sus 55 años, Reinoso se encuentra disfrutando de cada momento que se le presenta en la vida y con una tarea distinta, que es la de colaborar y ser solidario, ayudando a los merenderos y comedores de la provincia mediante diversas gestiones, más en estos tiempos en los que nos vemos afectados por la pandemia.