Valentina García: Garra y corazón de leona

25 junio, 2018
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Valentina García la jugadora de hockey femenino integró en varias oportunidades el combinado riojano de hockey, participando de varios torneos a nivel nacional y fue elegida la mejor arquera de la provincia en dos oportunidades. Pasó por varios clubes a lo largo de su carrera, entre ellos, su actual equipo Unión Hockey Club.


  • Por David Fuentes

A pesar de su corta edad, con tan solo 20 años, esta joven tiene una gran trayectoria de casi 13 años practicando este deporte, teniendo como principales características: la intensidad, el compromiso y el trabajo en equipo.

En la actualidad, Valentina entrena y juega para Unión Hockey Club de La Rioja, lugar por el que tiene un profundo sentido de pertenencia y afecto junto a toda su familia, debido a que su abuelo el ex futbolista Carlos “Cafiro” Torres supo vestir los colores de esta misma institución.

Su incursión en este deporte comenzó a los 8 años por la insistencia de una de sus amigas: “me preguntó si quería ir a jugar, me metí al club y empecé en Américo Tesorieri, fueron dos semanas las que empecé a entrenar”. 

Valentina al poco tiempo logró encontrar su lugar en la cancha, “al principio me pusieron como delantera hasta que me encontraron un puesto. No sabía ni cómo se agarraba el palo de hockey, ni cómo llevar la bocha, mi equipo iba para un lado y yo iba para el otro, tampoco sabía las reglas”. Luego de un mes encontró el equipo de arquero tirado a un costado, antes de entrar a un partido, lo que le produjo curiosidad. 

“Le pregunté a mi entrenadora si podía usar el equipo para atajar, lo cual resultó ser un asombro para el cuerpo técnico porque no tenían arquera en el club, en lo que era la categoría Sub 12. Me lo puse y me quedaba grande, se me caía cuando iba entrando con el equipo puesto a la cancha, el partido lo perdimos pero sirvió para empezar a ser arquera. Al partido siguiente, volví a atajar y luego de eso les pedí a mis entrenadoras que me dejaran entrenar como arquera”, expresa Valentina.

Foto: J. Rodríguez

Sus comienzos fueron marcados por la ayuda de una de sus entrenadoras, en el momento que decide ser arquera fue entrenada por varias personas, pero lo que más destacó fue el acompañamiento de Lila Robles. “Ella siempre me dio una mano, me guió en esto y fue la que me terminó de convencer del puesto que quería, siempre me trataba como su pequeña. Lila nunca fue de prestar su indumentaria, yo era la única que utilizaba sus cosas, me prestaba su palo de arquero, su camiseta rosada (la cual apreciaba mucho) y cuando vió que yo quería seguir con esto, me regaló una camiseta que tenía el número 3, el que utilizo hasta el día de hoy. Las arqueras en general usan el número 1 o 12, yo soy la única en la provincia que utiliza el número 3. En los clubes por los que pasé utilizaba ésta camiseta porque era es una cábala para mí” determina García emocionada.

Valentina García, orgullosa del puesto que ocupa, plantea la importancia y el rol que ocupa como arquera, debe poder ser veloz, hábil, tener reacción e inteligencia para leer el partido.

“Al jugador de campo se lo cambia constantemente, en cambio un arquero tiene que estar todo el partido, por lo que debe tener buen estado físico para poder tirarse para un lado, levantarse y llegar al otro. El arquero tiene que motivar a sus jugadoras para seguir adelante ante una situación de partido adversa y ser inteligente para jugar con los recursos que tenemos (pies, manos y palo) para poder despejar una bocha”.

Su amor por este deporte es inmenso, una pasión que siente en su corazón y que desde chiquita anhela con poder integrar los planteles más importantes como el seleccionado argentino. “El hockey me hace olvidar de todo, cuando estoy mal, aunque sea una hora de entrenamiento o en la cancha, cambia el día para mí”. 

Su abuelo fue una influencia para sentirse parte de su actual club. “Mi abuelo influyó en cierta forma, en cuanto a la presión de estar en el club donde él fue figura y todos me conocían por él, por eso siempre quería dar una buena imagen. No llegué a conocer a mi abuelo porque falleció meses antes de que yo naciera, pero sí me hubiese encantado que él compartiera toda esta locura por el deporte conmigo”, concluyó.

Del mismo modo, Valentina pone en evidencia la importancia de las personas que la acompañan en esta aventura deportiva desde siempre: “Mi papá en los años que estuvo vivo me acompañó siempre, llevándome a los entrenamientos y a los partidos y mi mamá no siempre podía asistir por cuestiones laborales, pero siempre me apoya en esto. Casi me matan cuando dije que quería ser arquera porque volvía toda golpeada y porque el equipo de atajar es carísimo, para ellos fue lo peor (dice entre risas). También, me acompañó desde chiquita mi padrino y mi mejor amiga, Agostina, con quien empecé jugando desde mis comienzos”.

En este gran trayecto vivió diferentes situaciones de las cuales aprendió y que siempre lleva en su memoria, “la más frustrante que me tocó fue en una final, jugando para el club Independiente, perdimos 1 a 0 (por problemas arbitrales), estaba triste por el resultado y tuve una discusión con el árbitro, por lo cual me sacaron una tarjeta roja, me suspendieron 7 meses. Fue lo peor porque manché mi carrera por completar. Ese año venía un entrenador del seleccionado argentino y no podía tener una tarjeta roja, y más un arquero. Para mí fue lo peor que me pasó”, cuenta Valentina. 

Asimismo recuerda un partido contra uno de los mejores equipos de Salta, jugando por el 4to puesto, en el que empataron 0 a 0  y fueron a penales australianos. García atajó 3 penales consecutivos y quedaron 3eras en ese torneo, “no me entraba tanta emoción en el cuerpo” manifiesta la arquera.

Además, la protagonista remarca los valores que involucran a una jugadora de hockey:

“Todo lo que aprendí, lo hice a través de los años, más que nada en Unión, donde me siento parte, aprendí a valorar la camiseta, la amistad, ser buen compañero a pesar de todo, ser humilde con tu rival y la honestidad para decir si querés o no estar en la cancha”.

No obstante, Valentina manifiesta que al dedicarse casi a tiempo completo a la actividad muchos aspectos su vida cambiaron: “hubo un momento en el que solo me dedicaba al hockey, por lo que perdí amistades, me perdí de salidas, pero no me arrepiento, sabía que un sábado tenía que levantarme temprano a entrenar y un domingo ir a la cancha a jugar el próximo partido. Cambió todo porque tenía una responsabilidad con mi equipo, incluso dejé reuniones familiares por ir a un partido. Por otro lado, cambié mi alimentación, me volví vegetariana y tuve asesoramiento de nutricionistas para poder lograr un mejor rendimiento. También tuve que llevar la vida de otra manera, descansando y alimentándome en los horarios correspondientes para lograr ese rendimiento óptimo dentro de una cancha”.

La actual jugadora de Unión remarca lo importante de la figura del arquero dentro de un equipo, sus responsabilidades, dificultades y la importancia de crecer día a día. Por eso tiene claro su sueño: “Quiero recibirme de abogada, poder irme a vivir a Europa, seguir desempeñándome en el hockey, más precisamente en Holanda, e integrar alguna vez el plantel del seleccionado argentino de hockey”.

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